El Gobierno de Bolivia ha acusado al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, de haber perdido “toda objetividad”, al tiempo que ha denunciado el “intervencionismo” del organismo en la nación andina.

Así lo ha hecho tras una sesión del Consejo Permanente de la OEA en la que Bolivia ha dado a conocer su protesta por un pronunciamiento de la secretaría general de la organización que ratificó que hubo irregularidades en las elecciones de 2019, que causaron una grave crisis política en Bolivia.

“Por tal razón, hoy dejamos constancia de estos actos de intervencionismo y solicitamos a los pueblos libres del continente que levantemos nuestra voz ante este nuevo intento de colonialismo y atropello a un estado miembro”, ha señalado en rueda de prensa el ministro de Justicia boliviano, Iván Lima.

“Los estados miembros debemos defender la institucionalidad de la organización y no permitir que un secretario general que ha perdido toda objetividad y no le queda ni un mínimo de decencia en sus acciones pueda continuar representando a los estados miembros de esta organización”, ha agregado, subrayando que, a su juicio, esto es “un insulto a todos los pueblos dignos de América”.

En la misma rueda de prensa, recogida por la agencia de noticias ABI, el ministro de Exteriores, Rogelio Mayta, se ha expresado en la misma línea que Lima y ha insistido en que el “problema” de Almagro es que se desempeña como secretario general de la OEA.

“Cuando Luis Almagro habla, en cierto sentido habla la OEA”, ha continuado, antes de cuestionarse si “las palabras de Almagro son lo que piensan los 33 países” que conforman el organismo. En este sentido, ha criticado que el modo de proceder del secretario general “no es sólo injerencia, sino desinstitucionalización”.

“A los estados miembros no nos sirve una Secretaría General que no articule, que divida, que como práctica cotidiana prejuzgue y condene a discreción, que se crea en poder y una voz más allá de toda regla”, ha concluido.

Durante la jornada del miércoles, Almagro tildó de “infamia” las acusaciones que le involucran en el supuesto golpe de Estado de Bolivia en 2019.

Evo Morales se proclamó vencedor de las elecciones presidenciales de 2019, en las que buscaba un cuarto mandato, pero su principal rival, Carlos Mesa, que quedó segundo, denunció un “fraude gigantesco”.

Las partes accedieron a que la Organización de Estados Americanos (OEA) realizara una auditoría con la que detectó “irregularidades”. Morales dimitió el 10 de noviembre en medio de una ola de violencia que dejó más de 30 muertos. Jeanine Áñez, entonces ‘número dos’ del Senado, se proclamó presidenta interina para llenar el vacío de poder.

Morales, Arce y personalidades de su partido, Movimiento Al Socialismo (MAS), han acusado repetidamente a Almagro de ayudar a propiciar el golpe de Estado tras los comicios, lo que el secretario general de la OEA niega.